Monitorea interacción, mide rendimiento y detecta problemas antes de impactar a los usuarios finales.
Detecta y soluciona fallas técnicas antes de que impacten a los usuarios finales, reduciendo tiempos de inactividad.
Monitorea el rendimiento en aplicaciones distribuidas, SaaS y entornos de nube híbrida con métricas centralizadas.
Identifica puntos de fricción en la navegación y optimizar los viajes del cliente en aplicaciones y sitios web.
Identifica problemas como tiempos de carga lentos, errores en páginas o caídas de aplicaciones. Permite entender qué partes de una aplicación necesitan optimización técnica.
Analiza cómo los usuarios navegan y utilizan las aplicaciones (clics, tiempos en páginas, tasas de conversión).Detecta patrones de abandono, lo que puede guiar mejoras en el diseño y funcionalidad.
Proporciona alertas en tiempo real sobre anomalías que impactan la experiencia del usuario, como latencia alta o problemas de red. Facilita la identificación de la causa raíz de un problema (red, servidor, dispositivo del usuario, etc.).
Mide la experiencia en entornos como nubes híbridas, SaaS o aplicaciones distribuidas. Ayuda a priorizar recursos y actualizaciones basándose en el impacto en el usuario final.