Protección de la infraestructura de comunicación empresarial contra amenazas cibernéticas, accesos no autorizados y fugas de información.
Controla quién puede entrar a la red mediante autenticación robusta y políticas de acceso.
Detecta y bloquea intentos de intrusión, ataques DDoS y malware antes de que comprometan la red.
Proporciona visibilidad del tráfico de la red para identificar y responder a actividades sospechosas rápidamente.
Identifica y bloquea ataques de denegación de servicio distribuidos, asegurando la continuidad operativa.
Divide la red en zonas seguras, evitando que un ataque comprometa toda la infraestructura.
Identifica patrones sospechosos de tráfico y bloquea actividades maliciosas en tiempo real.
Asegura conexiones de empleados remotos con VPN y autenticación multifactor.